1.El fin de la Antigüedad


1.1. El fin del Imperio romano


¿Qué sucedió con el antiguo Imperio romano?

Las invasiones germánicas del siglo V acabaron con el débil Imperio romano, ya partido en dos (Oriente y Occidente) desde el año 395. La ruptura fue tan importante que los historiadores marcan la caída de Roma (476) como el fin de la Antigüedad y el inicio de la Edad Media.

 

Además, la aparición de una nueva civilización, la islámica, en el siglo VII, rompió definitivamente la unidad cultural, económica y política de la época romana. A partir de ese momento, tres grandes civilizaciones se repartieron el espacio territorial del Imperio romano.

El fin del Imperio romano de Occidente: Los reinos germánicos

A principios del siglo V, los hunos, un pueblo bárbaro llegado de Asia, dirigidos por Atila, invadieron y arrasaron los territorios del Este de Europa.

Huyendo de los hunos, los pueblos germánicos irrumpieron en masa en el Imperio romano de Occidente y acabaron conquistando y dominando el territorio.

Desde finales del siglo V se formaron diversos reinos germánicos, independientes y rivales entre sí:

 

  • Los ostrogodos, que ocuparon Italia y Dalmacia.

  • Los visigodos, que se extendieron por el Sur de la Galia y posteriormente por Hispania.

  • Los francos, establecidos en la Galia, que fueron expandiéndose sobre el territorio de otros reinos.

  • Los burgundios, que ocuparon el Este de la Galia.

  • Los alamanes, que se establecieron en el Rin.

  • Los anglosajones, que se expandieron por Britania.

Los pueblos germánicos

Los pueblos germánicos tenían costumbres y unas formas de vida muy diferentes a las de los romanos. No tenían escritura, ni leyes, ni una estructura de Estado. Trabajaban la tierra y criaban ganado.

Estaban organizados en clanes familiares y sus caudillos elegían a un jefe militar, que ejercía también como rey. Este cargo primero era electivo y, con el paso del tiempo, se convirtió en hereditario.

Al ocupar las tierras del Imperio, los pueblos germánicos impusieron su poder militar y algunas de sus costumbres, pero también adoptaron parte de la cultura romana.

Los reyes se rodearon de consejeros romanos, conservaron la moneda imperial y respetaron los privilegios de los grandes propietarios. Además, el latín continuó siendo la lengua oficial y el cristianismo acabó por imponerse.

La persistencia del Imperio de Oriente

Mientras Occidente sucumbía a manos de los pueblos germánicos y se convertía en una economía agraria y de subsistencia, el Imperio romano de Oriente mantuvo su riqueza y pudo frenar las invasiones.

A partir del siglo VI, el Imperio romano de Oriente, al que se denominó Bizancio (nombre griego de su capital Constantinopla) se fue helenizando: adoptó el griego como idioma e introdujo formas políticas y culturales más orientales y alejadas de la cultura romana antigua.

La irrupción del Islam

Durante el siglo VII, además, en los territorios antes dominados por Roma, irrumpió una nueva religión con origen en Arabia, el Islam.

Se trataba de una religión monoteísta, como el cristianismo o el judaísmo, que llamaba a sus fieles a la guerra santa para expandir la nueva fe.

Mediante conquistas militares, en muy pocos años el Islam se extendió y ocupó parte de las tierras del antiguo Imperio romano.




 

Las costumbres de los germánicos

Eligen a sus reyes por la nobleza, pero, a sus capitanes, por el valor. El poder de los reyes no es absoluto ni perpetuo (...).

No cuentan por días, como nosotros, sino por noches (...).

Ninguno de los pueblos de Germania habita en ciudades cerradas (...). Hacen una bebida de cebada y trigo, que quiere parecerse en algo al vino. Sus comidas son simples: manzanas salvajes, venado fresco y leche cuajada.

TácitoGermania, 98 d.C.