2. Al-Ándalus


2.1. Al-Ándalus: conquista y organización


La conquista de Al-Ándalus

Al iniciarse el siglo VIII, la monarquía visigoda en Hispania se hallaba sumida en una profunda crisis. Por un lado, el empobrecimiento general de la economía había provocado el descontento de la población. Y por otro, se desencadenó una guerra entre los partidarios de la monarquía hereditaria, que apoyaban a Agila, hijo del rey Witiza, y los defensores de la monarquía electiva, que eligieron como rey a Rodrigo. Para derrocar a Rodrigo, los partidarios de Agila pidieron ayuda al gobernador musulmán de Túnez.

En el año 711, un ejército musulmán de bereberes dirigidos por árabes cruzó el estrecho de Gibraltar. Los visigodos no pudieron hacerles frente y fueron derrotados en la batalla de Guadalete, donde murió el rey visigodo Rodrigo. Los ejércitos musulmanes (unos 25000), con Tariq Muza al mando, ocuparon todo el Sur de la Península y tomaron las más importantes ciudades: Sevilla, Córdoba, Badajoz, Toledo, Valencia y Zaragoza. El avance militar fue rápido porque encontró muy poca resistencia de la población y muchas ciudades les abrieron sus puertas.

En el año 718, los ejércitos musulmanes controlaban casi toda la Península, a excepción de las zonas más montañosas o despobladas. Algunos nobles y clérigos hispanovisigodos, junto con una pequeña parte de la población, se refugiaron en las montañas cantábricas, que no habían sido ocupadas.

Los nuevos gobernantes musulmanes establecieron pactos de sumisión con los nobles godos, según los cuales estos últimos conservaban su poder a cambio de someterse al Imperio islámico. El Islam pasó a ser la religión oficial del nuevo Estado y la mayoría de los hispanovisigodos acabaron por islamizarse, es decir, se convirtieron al Islam, aceptaron el idioma árabe, sus costumbres y su manera de vestir. Se les conoce con el nombre de muladíes. Una parte de la población se mantuvo cristiana, los mozárabes. Aunque en general los musulmanes eran tolerantes con los cristianos y los judíos, algunas veces fueron perseguidos, y muchos mozárabes emigraron a las zonas no ocupadas del Norte peninsular.


La organización política de Al-Ándalus

El Emirato dependiente de Damasco o Valiato (718-756)

Cuando acabó la conquista militar, el nuevo territorio musulmán de la Península Ibérica se convirtió en una provincia o emirato que dependía del Califato Omeya de Damasco. Se decidió establecer la capital en Córdoba y se nombró a un valí o gobernador. El poder musulmán en los territorios al Norte del Sistema Central era casi nulo y se limitaba al mantenimiento de algunas guarniciones militares.

 

El Emirato Independiente (756-929)

A mediados del siglo VIII, cuando los califas de Damasco fueron destronados por los Abasidas de Bagdad, el último miembro de la familia Omeya, el príncipe Abd al-Rahman, huyó de su ciudad y se estableció en Al-Andalus.

Muy pronto, este príncipe rompió con el Califato de Bagdad, se proclamó emir independiente, con el nombre de Abd al-Rahman I, y fundó el Emirato Omeya de Córdoba.

Este hecho supuso la ruptura de la unidad política del Imperio islámico, aunque el Estado de Al-Andalus se mantuvo bajo la autoridad religiosa del califa de Bagdad.

 

El Califato de Córdoba (929-1031)

A principios del siglo X, el Emirato de Córdoba tenía varios problemas: rebeliones internas, ataques de los reinos cristianos (León, Navarra y Castilla) y amenazas al comercio marítimo desde el Norte de África.

El emir Abd al-Rahman III quiso reforzar su poder e imponer su autoridad sobre las diferentes familias que rivalizaban por ostentar el gobierno, ante estas disidencias, en el año 929 se independizó de la autoridad religiosa de Bagdad y se proclamó califa. Se inauguraba el Califato de Córdoba.

 

Los reinos de taifas (1031-1248)

A partir del año 1008, la unidad del Califato se empezó a resquebrajar. La aristocracia, los altos funcionarios y el ejército querían escapar del control del califa y convertirse en la máxima autoridad en su provincia (cora). En el año 1031, Al-Ándalus se dividió en 32 reinos independientes, los llamados como taifas. La ciudad era por entonces el principal centro económico y las taifas vivieron una época de prosperidad y desarrollo urbano.

Sin embargo, la fragmentación política las debilitó militarmente frente a los reinos cristianos del Norte. Esto facilitó dos invasiones, primero de los almorávides en el siglo XI y, despues, de los almohades en el siglo XII. Ambos eran unos pueblos que habían creado un gran imperio en el Norte de África y ambos se instalaron en Al-Ándalus y controlaron la mayoría de los reinos de taifas. Estas invasiones consiguieron frenar temporalmente el avance de los reinos cristianos del Norte hacia el valle del Guadalquivir, pero no pudieron hacer frente a las campañas militares que los reinos del Norte emprendieron en el siglo XIII para conquistar la mayoría de taifas.

 

El Reino Nazarí de Granada (1248-1492)

El único territorio que sobrevivió al avance cristiano del siglo XIII fue el reino taifa de Granada, que estaba gobernado por reyes (sultanes) de la dinastía nazarí y relacionados con los califas del Norte de África.

El reino poseía un extenso territorio, una gran fachada marítima, importantes puertos comerciales y una rica agricultura. La capital, Granada, era uno de los centros culturales y comerciales más importantes de Europa. Todo ello permitió a los sultanes pagar altos impuestos en oro (parias) a Castilla para evitar sus ataques y caer bajo el dominio cristiano, pero esto se hizo inevitable en 1492, cuando Boabdil, el último rey de Granada, se rindió ante los Reyes Católicos.

 


Vídeo LCH

1. De la conquista al Emirato: 711-929

2. Del Califato al Reino Nazarí: 929-1492


Mapas

1. Conquista musulmana.

2. Emirato Omeya Independiente.

3. Califato de Córdoba.

4. Reinos de taifas.

5. Reino nazarí de Granada.


Para saber más...

 

El Emirato

 


Cronología