Historia del Mundo Contemporáneo

¿Qué es la Historia Contemporánea?

Hasta mediados del siglo XIX, la historia universal se dividía en tres grandes períodos cronológicos: Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna. A partir de entonces comenzó a utilizarse la expresión “Historia Contemporánea”. En un principio, el término refería solo un interés por los hechos coetáneos, por los acontecimientos más cercanos en el tiempo. Pero, poco a poco, se fue abriendo campo a la idea de la Historia Contemporánea como un campo de estudio nuevo, como una época diferente de la historia universal. Esa novedad fue el fruto de la insatisfacción. Los primeros historiadores profesionales eran conscientes de que su sociedad tenía muy poco que ver con la del Antiguo Régimen. Las revoluciones políticas y las transformaciones económicas  experimentadas desde los últimos años del siglo XVIII habían dejado atrás el orden tradicional agrario, rural y aristocrático. Una cesura radical había cambiado el mundo.

La Historia Contemporánea es el período histórico que estudia los dos últimos siglos de la humanidad. Se inició a finales del siglo XVIII con las revoluciones políticas ocurridas en Norteamérica (1776) y en Francia (1789). En las primeras décadas del siglo XIX, la oleada revolucionaria que recorrió Europa dio origen a los Estados nacionales y a un nuevo modelo de representación política entre la ciudadanía y sus Gobiernos. De manera paralela se desarrolló el proceso de la Revolución Industrial, un cambio irreversible en las formas de producción económica y en las relaciones sociales. El siglo XIX fue el escenario de esa “doble revolución” política y socioeconómica. Fue el siglo del liberalismo y del nacionalismo, de la cultura burguesa y de la fe en el progreso científico y material, de la extensión de las revoluciones capitalistas y del surgimiento del movimiento obrero, de la exploración el mundo y del dominio de los imperios europeos.

Todo eso se quebró en 1914, de manera trágica, con el estallido de la Gran Guerra. A partir de entonces, nada volvió a ser igual. El siglo XX ha pasado a la historia como la época de las catástrofes de las guerras mundiales, la violencia y la barbarie, las grandes ideologías totalitarias, las crisis económicas de alcance global y el enfrentamiento entre las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, sostenido durante décadas de la caída del Muro de Berlín (1989). Pero no todo han sido sombras. El siglo XX ha sido también la época de los grandes avances técnicos, la explosión demográfica, el aumento espectacular de la esperanza de vida, el avance de la alfabetización, el inicio de la emancipación de la mujer, la expansión de la democracia, la lucha en defensa de los derechos humanos y la visibilidad del llamado tercer mundo.

En los primeros años del siglo XXI, la era de la globalización económica y tecnológica, y de la incertidumbre medioambiental, tenemos tantas razones para la preocupación como para el optimismo. El estudio de la historia nos permite conocer los orígenes y el desarrollo de nuestro mundo contemporáneo. Y nos puede ayudar, también, a comprender los problemas que afectan a los seres humanos que viven en sociedad, a entender mejor nuestro presente y a tratar de mejorarlo.