Del agua que hay en la Tierra, solo el 2,79% es agua dulce, por tanto, su disponibilidad es muy limitada. El agua dulce se distribuye entre ríos y lagos (0,4%), aguas subterráneas (29,6%) e icebergs y glaciares (70%). En la atmósfera también hay agua, pero su porcentaje es mínimo (0,01%).
Los ríos son corrientes continuas de agua. El agua que llevan los ríos procede de la lluvia, de fuentes y manantiales o de la nieve fundida. Ahora aprenderemos unos términos sobre el río para poder conocerlo en proufndidad: caudal y régimen de un río. El caudal es la cantidad de agua que lleva un río; y el régimen de un río son las variaciones del caudal a lo largo del año.
Los lagos son las masas de agua depositadas en depresiones y que se alimentan del agua procedente de las precipitaciones o de las aportaciones de los ríos o de cursos subterráneos. Son aguas que permanecen todo el año.
Las aguas subterráneas se encuentran acumuladas o discurren bajo la superficie terrestre. Estas aguas proceden, principalmente, de las precipitaciones. Cuando llueve, una parte del agua penetra en el subsuelo y se infiltra hasta encontrar rocas impermeables y se almacena en forma de acuíferos.
Estas aguas forman ríos y lagos subterráneos y están interconectadas con los ríos y lagos superficiales, ya sea desembocando o alimentándose de ellos. Las aguas subterráneas son esenciales para mantener el caudal base de los ríos y proteger la humedad del suelo. Las aguas subterráneas son una reserva importante de agua dulce. El ser humano accede a ellas cavando pozos para extraer el agua de las profundidades de la tierra, pero estas aguas son también muy vulnerables a la contaminación y a la sobreexplotación.
La mayor parte del agua dulce de la Tierra se encuentra retenida en estado sólido en los icebergs y glaciares. La criosfera es el conjunto de las masas de agua congelad situadas en los casquetes polares y en las altas montañas.
Nuestra atmósfera tiene vapor de agua en cantidades variables. La mayor parte del vapor de agua está en la parte baja de la atmósfera, la troposfera.
Los ríos y los lagos nos proporcionan el agua dulce necesaria para el consumo humano, la industria y la agricultura. Pero puede aprovecharse de otras formas.
La agricultura es la actividad que consume más agua. En España, es el 80 % del agua disponible. Es importante utilizar nuevas técnicas ahorren agua.
En las ciudades se construyen grandes depósitos para recoger el agua de lluvias y dar servicio de limpieza y riego. Así reducimos el consumo de agua.
Los icebergs, los glaciares, los ríos y los lagos atraen turismo porque ofrecen paisajes de gran belleza y la práctica de actividades deportivas y de ocio.
El agua de los ríos se almacena en embalses. La fuerza con que el agua embalsada sale de la presas es aprovechada para producir energía y sus aguas se aprovechan para consumo humano y para la agricultura.
Las aguas subterráneas constituyen una importante reserva de agua dulce. Muchas ciudades y pueblos dependen de ellas para su subsistencia.
La contaminación de los ríos es el problema más antiguo, pero que con el aumento de la población de las ciudades, el volúmen de desperdicios tanto orgánicos (producto de desagües y cloacas), como químicos (como consecuencias del desarrollo industrial), se ha incrementado de manera que las aguas se ven afectadas de tal forma que su composición deja de ser natural, afectando a la flora y a la fauna que se alimenta de las aguas y de los humanos que la beben.